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    «Mi perro muerde su cama»

    En A.M.C.–CAN te explicamos cómo puedes solucionar este problema tan frecuente con el que se encuentran muchos propietarios de perros, pero, si tu perro muerde su cama, antes debes averiguar porque lo está haciendo exactamente. ¡Sigue leyendo!

    1. ¿Ansiedad por separación?

    Lo primero que tenemos que averiguar es que no se trate de un problema más allá de una simple «destructividad«.

    Romper objetos en casa, incluidas las camas, puede ser señal de ansiedad por separación, es decir, el perro lo pasa mal cuando se queda solo.

    Así que, para descartar que tu perro muerda su cama por este problema de conducta, debes hacerte las siguientes preguntas:

    1. ¿Rompe otras cosas en casa a parte de la cama? (objetos personales, puertas, paredes)

    2. ¿Ocurre siempre cuando está solo?

    3. ¿Hay otras señales que indiquen que podría ser ansiedad por separación? (orina, heces, lloros, aullidos)

    Si todas las respuestas son afirmativas, olvídate de la cama y consulta a un educador canino para que diagnostique y trate el caso.

    ansiedad por separación

    2. Actividad diaria

    Lo siguiente que habría que preguntarse es si nuestro perro tiene suficiente ejercicio, juego y actividad mental diaria.

    Muchas veces, los perros rompen las camas porque no tienen nada más con lo que entretenerse, están aburridos o no se les da la suficiente actividad para que descarguen su energía.

    Tener muchos juguetes no significa que tengan cosas para entretenerse. Los perros, acaban perdiendo el interés por los juguetes porque todo el tiempo los tienen ahí, a disposición, y son los mismos juguetes de siempre. Se vuelven aburridos, están muy vistos y, en cuanto traes a casa ese enorme colchón espumoso, lo toman como nuevo objeto de entretenimiento y se «pegan la fiesta».

    No se trata de comprarle un nuevo juguete cada día o de que el salón esté repleto de ellos, sino de tener un pequeño repertorio que combinemos día a día; «Hoy le ponemos éste, mañana otro, etc…».

    Si tu perro rompe los juguetes en dos minutos, te aconsejamos que leas nuestro artículo: Tipos de juguetes para perros.

    La actividad física también influye en que tu perro muerda y rompa su cama. Puede que no le estés paseando lo suficiente. Pero, no solo se trata de actividad física; la actividad mental tiene incluso mayor importancia.

    A los perros de hoy en día, se les da «todo hecho», no tienen que hacer nada para lograr sus objetivos y, los días, se vuelven monótonos y repetitivos.

    La estimulación cognitiva se puede lograr de muchas formas:

    Ejercicios de concentración y atención: se les puede enseñar nuevos trucos y habilidades mediante el adiestramiento, el agility u otra modalidades para perros.

    Estimulación sensorial: mediante juegos olfativos, exploración de nuevos lugares de paseo, relacionarse con otros perros y/o personas, etc.

    Ejercicios de coordinación y propiocepción: el mobility-dog es una estupenda herramienta para llevar a cabo ejercicios de este tipo.

    3. Estimulación mandibular

    Otro factor importante es la estimulación de la boca y la mandíbula.

    La mandíbula de los perros debe ejercitarse. Su boca y sus dientes fueron creados para cazar presas, roer y masticar huesos. Aunque la morfología y las características de los perros varían mucho entre razas, no hay que olvidar su función.

    Es obvio que un perro de presa tipo American Staffordshire, necesitará ejercitar su mandíbula más que un Yorkshire Terrier, pero, ambos, deben hacerlo.

    Cuando un perro «destripa» la cama, es decir, saca la espuma y el relleno de dentro, lo que está haciendo es «destripar» a un animal. ¡Por eso les encanta!

    Para aquellos perros que han tomado ese comportamiento como hábito (que ya hayan «destripado» más de tres camas), puede que la mejor opción sea, temporalmente, comprar una cama sin relleno hasta que lleven, al menos, dos meses siguiendo las pautas que aquí se explican.

    Hecha un vistazo al artículo: Camas elevadas para perros.

    Como decíamos ejercitar la mandíbula es importante, así que proporciona a tu perro objetos o juegos con los que pueda «desahogarse»; huesos especiales para perros, juguetes tipo Kong, juegos de tirar y aflojar, etc.

    4. ¡No dejes la cama sin supervisión!

    Si ya sabes que tu perro es un «rompe-camas», ni se te ocurra «probar» de ponerle una cama sin supervisarle porque puede que… ¡La vuelva a romper enseguida! Y, si coge ese hábito, cada vez te será más difícil lograr que no lo haga.

    Una vez que lleves varios días llevando a cabo todo lo explicado anteriormente, es hora de empezar a habituarlo a dormir en la nueva cama:

    Cómo enseñarle a no romper la cama

    A los perros les encantan las novedades y, solo con ver la cama nueva, brillante y reluciente, se excitará. Así que… ¡No pongas más excitación de la que ya tiene de por sí!

    A menudo, somos nosotros, las personas, los que estamos más emocionados al comprar la cama nueva que nuestro perro y, cuando la sacamos del embalaje, exclamamos super mega entusiasmados… «¡Mira Toby, mira! ¡Mira que camita más guay te he comprado! Pero no la rompas, ¿eeeeh?» Y, acto seguido… La cama está desperdigada por el salón en cuestión de minutos.

    Pasos a seguir

    Puedes aprovechar el momento del día en que tu perro está más tranquilo para llevar a cabo lo siguiente:

    1. Coloca la cama encima de alguna superficie donde tu perro no llegue

    Por ejemplo, en la mesa del salón. Así, tu perro se irá familiarizando con el olor sin llegar a tocarla. ¡No le hables! ¡Ni le digas nada con respecto a la cama! ¡No lo excites! Déjala en la mesa como si dejaras tu móvil o cualquier objeto. Con total tranquilidad. Pronto tu perro perderá el interés en el nuevo objeto.

    Si no fuera así, si estuviese muy excitado y vieses que quiere cogerla para jugar con ella, re-dirige esa excitación hacia otra cosa, por ejemplo hacia un juguete. Prueba de repetirlo en otro momento más tranquilo, al mediodía o antes de ir a dormir.

    2. Coloca la cama en el suelo

    Muy bien. Tu perro ya ha olido la cama durante un buen rato (a veces son necesarios varios días) y ahora, «pasa de ella».

    Es momento de poner la cama en el suelo. La colocamos en el lugar en el que el perro suele tumbarse para dormir. Igual que antes, no lo excitaremos, lo haremos de la forma más natural y aprovecharemos para hacerlo en uno de los momentos en que nuestro perro esté lo menos predispuesto a jugar posible.

    3. Le guiamos a colocarse encima con la atención en nosotros

    Acto seguido, lo guiaremos mediante el olfato, con una golosina, hasta que se coloque encima de la cama y mantendremos su atención en el premio, en nosotros.

    Es importante que tengas preparados unos cuantos premios en tu mano. Después de unos segundos parado encima de la cama y con la atención en ti, dale el premio y, después, le guías otra vez para que salga de la cama.

    También puedes tirar un montón de trocitos por el suelo y, mientras está entretenido comiéndoselos, retiras la cama y la vuelves a poner encima de la mesa. Haz esto durante varios días y, si puedes, varias veces al día. Irás aumentando cada vez más el tiempo en el que el perro pasa quieto encima de la cama, con la atención fijada en ti.

    Puedes pedirle que se siente o que se tumbe si sabe hacerlo, pero, lo importante aquí, es que se vaya habituando a estar encima de la cama sin morderla ni tratar de jugar con ella.

    4. Aumentamos el tiempo y cambiamos el foco de atención

    Después de esto, ya está preparado para quedarse ahí un rato sin necesidad de seguir enfocando la atención en nosotros.

    Lo que haremos ahora será ponerle, encima de la cama, otra cosa con lo que se enfoque y se distraiga. Podemos poner un hueso, el Kong, o un juguete con el que sepamos que puede estar entretenido por lo menos 10 minutos.

    Cuando termine, observaremos lo que hace, si vemos que se queda ahí tranquilo, lo podemos dejar relajarse un rato en su nueva cama, pero, después la retiraremos.

    Si vemos que, pone la atención en la cama con intención de morderla, le distraeremos con algo, por ejemplo, le animaremos a acercarse donde estamos nosotros para darle un trozo de comida o un juguete, así dejará de hacer, por sí mismo, lo que iba a hacer.

    Si ocurre esto último, retira la cama con tranquilidad y vuelve a repetir el punto anterior durante varios días.

    Poco a poco tienes que ir viendo que la cama no le interesa como «juguete», sino como su lugar de descanso. Pero, ¡no te fíes demasiado rápido! En los momentos en que no estés presente, no dejes la cama ahí. Empieza a dejarla cuando estés 100% seguro de que no tiene interés en jugar con ella.

    5. Dificultades

    Otra cosa que te puede ocurrir es que, cuando vas a colocar o a retirar la cama, tu perro se acerque como un loco a morderla y a jugar al tira y afloja contigo. ¡Detente inmediatamente! No «luches» con él. No le sigas el juego. Coge un montón de pedacitos de comida que le gusten y espárcelos por el suelo.

    Mientras tu perro se esté entreteniendo recogiéndolos, aprovecha para colocarla y/o retirar la cama. ¡Despacio y con tranquilidad! Todo lo que sean movimientos rápidos o bruscos, tu perro los interpretará como un juego y te costará detenerlo.

    Castigarle y decirle que «No», no sirve para nada…

    En serio… ¿Todavía no te has dado cuenta? ¿Cuántas veces le has castigado y le has dicho que «No» y tu perro sigue en las mismas? ¿Quién de los dos es el inteligente?

    Cuánto más le digas que «No», más lo querrá. Tu perro ve que tú le das mucho valor

    No desates tu furia con él. No te entiende. Te parece que sí porque pone esa cara de «arrepentimiento». Pero, no es arrepentimiento. Simplemente está asustado porque pareces un demonio hechando fuego.

    A los perros les encantan las novedades y, solo con ver la cama nueva, brillante y reluciente, se excitará. Así que… ¡No pongas más excitación de la que ya tiene de por sí!

    Y por último… ¿es un cachorro?

    Si tu perro es un cachorro, la «destructividad» es normal hasta cierto punto. Te recomiendo que no le pongas camas que pueda morder y romper hasta que pase la etapa de cachorro. Así, no cogerá el vicio y será más sencillo introducirla en la etapa de adulto.

    Puedes ponerle una toalla o una mantita y, si te empeñas en ponerle una cama, puedes seguir todos los pasos anteriores para conseguir lo que quieres.

    cachorro

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