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El perro que tira de la correa

Si estás leyendo esto, posiblemente tu perro tira de la correa como si te llevara en un trineo…

No te vamos a explicar qué debes hacer para que tú perro deje de tirar, sino que te vamos a decir qué has hecho para que tu perro esté tirando.

Entender qué ha causado el «problema» es la clave para solucionarlo.

A.M.C.–CAN

¿Con y de quién aprende?

Primero tienes que darte cuenta de que: tu perro ha aprendido a tirar de la correa (al principio no lo hacía), lo lleva haciendo desde hace X tiempo y sigue haciéndolo día a día porque tú, inconscientemente, se lo has enseñado y sigues repitiendo las mismas enseñanzas una y otra vez.

Si adoptaste a tu perro cuando era cachorro, sabrás que, el día que le pusiste la correa por primera vez, se quedó paralizado al notar la tensión. No caminaba, algo le molestaba y le impedía moverse libremente. ¿Sí?

En ese momento hubiera sido muy sencillo enseñarle a no tirar de la correa porque él mismo dejaba de tirar cuando notaba la molestia de la tensión.

¿Cómo aprendió y cómo le enseñé?

¿Qué pasó entonces?
Lo más probable es que, bajo tu impaciencia para que el cachorro caminase, tiraste de la correa suavemente, incluso lo arrastraste para que avanzara… ¡Y ahora te quejas de que él te lo haga a ti! Cómo somos, ¿eh?

Ahí empiezan las primeras lecciones erróneas por tu parte: le enseñabas que, notando esa tensión en el cuello o espalda, tenía que caminar.

Poco a poco se fue acostumbrando a esa molestia hasta normalizarla.

Además, el perro aprendió que, para poder liberarse de la tensión de la correa, debía ejercer resistencia en contraposición y tú aflojarías la tensión al ver su carita de cachorrito de que «eso no le gustaba».

cachorro correa

Tu perro empezó a aprender que, insistiendo, es decir, tirando hacia dónde él quería, conseguía lo que deseaba: liberarse de la molestia.

«Tiro y consigo lo que quiero» – piensa el perro.

Después de unos cuantos días el perro ya aprendió la lección. Es más, te fue enseñando a que hicieras lo que él quería.

Pero esto no termina aquí, ahí van las siguientes lecciones erróneas que le enseñaste y le sigues enseñando:

Ahora el perro se propone explorar el mundo; quiere olfatear, acercarse a las personas, a los perros, huir, correr, hacer sus necesidades. Todo esto con la correa puesta que le impide moverse en libertad. Y si encima lleva una correa corta… Ni te cuento. Pero, el perro sabe lo que quiere e intentará hacer todo lo posible para conseguir lo que se proponga.

Supongamos que el perro ve a otro perro y quiere ir hacia él.

Está a tu lado, sin tirar de la correa. Lo ve y empieza a dirigirse hacia el perro. Y, entonces… ¡Paf! Nota la tensión de la correa al adelantarse. Se para. Se sienta. Te mira. Y vuelve a intentarlo. Vuelve a tirar.

Tú, mientras él tira, avanzas con él e incluso le animas; «¿Quién es, Boby? ¿Un amiguito? ¡Vamos a saludarle!».

perro tira correa cachorro


El perro aprende otra vez que, tirar es la fórmula para conseguir lo que quiere. En este caso, llegar al otro perro.

Tú no te das cuenta. ¿Quién es el inteligente?

A ti, todavía no te molesta que tire porque es un cachorro, porque te da pena o porque solo llevas dos semanas con esa «molestia», así que sigues enseñándole que tire para que se salga con la suya.

Esto lo haces con todo, día a día, sin darte ni cuenta: cuando quiere olfatear, cuando quiere saludar, cuando quiere correr, etc. ¡Le acompañas a todos lados con la correa tensa!

El perro no tiene un problema

Pasan 2 meses de enseñanzas y aprendizajes diarios y empiezas a ser consciente de que te molesta que el perro tire de la correa.

Ahora exclamas: «Mi perro tiene un problema, tira mucho de la correa».

Tu perro no tiene ningún problema. Lo tuvo el primer día que le pusimos la correa y supo resolverlo a la perfección. Ahora es un Profesional de la correa.

El problema lo tenemos nosotros, que nos molesta que el perro tire. Encima nos enfadamos con él y empezamos con la otra lección errónea: dar tirones, frenar en seco y castigarle.

Los castigos

Está lección es tan incoherente que solo puedes ponerte a reír cuando te das cuenta.

O sea… Ahora castigas a tu perro por haber aprendido lo que le has enseñado. 🤦🏼‍♀️

Pobres perros… Lo que tienen que aguantar.

Tu perro no piensa que estás loco, aunque haces tu máximo esfuerzo para que lo piense. Sin embargo, el perro empieza a entenderte cada vez menos y a hacerte menos caso.

Eres super incoherente con lo que enseñas: ahora sí, ahora no, ahora cambio de idea, ahora me da pena, ahora me enfado, etc., etc., etc.

El castigo se debe a tu propio enfado por no saberle enseñar. Hechas toda tu rabia y frustración hacia tu perro. Le culpas de algo que no puede entender.

Si no quieres cargarte la relación con tu perro, deja de castigarle, de darle tirones y de enfadarte con él.

La frustración de la correa

La correa es muy frustrante para los perros que han aprendido a tirar. Por varias razones:

Una, que el perro ha aprendido a conseguir el 97% de las veces todo lo que quiere tirando de la correa: desde al salir de casa hasta al volver del paseo y, el día que no puede conseguirlo, es decir, el 3% de las veces, por ejemplo, porque el perro al que se quiere acercar le gruñe o le ladra, se frustra un montón.

No puede tolerar la frustración. ¡Quiere conseguir lo que se ha propuesto!

Entonces, tira más, ladra y se vuelve «loco». Quiere lograr el 100% de lo que quiere. Está acostumbrado a salirse con la suya.

mi perro tira de la correa

Por eso vemos que el «problema» crece y va en aumento.

La otra razón es por la limitación de su movimiento y por la imposibilidad de comunicarse claramente con los demás.

¿Alguna vez has tratado de explicarle algo a alguien que no habla tu idioma y te has sentido muy frustrado por no poder expresar con claridad lo que le quieres comunicar? Si te pasa hasta con la gente que habla el mismo idioma que tú…

El perro tiene un solo idioma con el que comunicarse; muy sencillo, muy simple y muy claro, pero, si no puede utilizarlo, tendrá que expresarse de forma más exagerada. Aparecerá ansiedad, nerviosismo y un sinfín de comportamientos.

Por eso, es tan importante que, aunque el perro esté atado, se sienta libre y se le permita moverse con «libertad» gracias a una correa adecuada y a un correcto adiestramiento por tu parte.

Lee nuestro artículo: Correas para perros – Lee esto antes de comprar nada para saber más.

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