Saltar al contenido


Sentir pena por el perro

Si sientes pena al mirar a tu perro y ni siquiera a veces sabes por qué, aquí te expongo algunas de las razones para que te pares a reflexionar.

¿Qué es la pena?

Si buscamos la palabra «pena» en el diccionario, la Real Academia Española nos dice esto:

1. f. Sentimiento grande de tristeza.

¿Por qué sientes gran tristeza por tu propio perro? ¿A caso no le tratas bien? ¿A caso le falta algo?

Muchas veces el sentimiento de pena surge tras haberle echado la bronca, tras haberte enfadado con él, por no haberle dado el paseo o la comida a su hora o porque ha pasado muchas horas solo, entre otras.

Sin embargo, muchas otras veces, el sentimiento surge por el simple hecho de mirarlo, sin que, aparentemente, haya ocurrido ninguna situación adversa.

En realidad, el sentimiento de «pena» no surge de la nada o de lo que estás observando en tu perro. No es su mirada, sino tus propios pensamientos e interpretaciones de los que ni siquiera eres consciente. Primero piensas y después sientes pena. No al revés.

¿Qué piensas? ¿Qué has pensado para crear ese sentimiento?

He tratado de llegar muy al fondo de esta cuestión. Hablamos de perros bien cuidados, que comen bien, que se les proporciona la actividad diaria tanto física como mental que necesitan, que se relacionan con perros y personas, que están la mayor parte del tiempo acompañados, que son fuertes y sanos, que reciben juego, atención y caricias, que no tienen síntomas de ansiedad, ni de miedo, ni de agresividad. Vamos, hablamos de perros que viven como reyes y que están mejor que tú y que yo.

¿Por qué sigue dándote pena cuando lo miras?

He llegado a la conclusión de que, aunque el perro esté perfectamente, sigues pensando que le «falta algo».

Eso explica que muchas personas atiborren a sus perros de comida, de juguetes, de paseos, de actividades, de caricias. Nunca se sienten del todo llenas ni satisfechas, siguen pensando que les falta más. ¿Más qué?

Al perro no le «hace falta» nada. Proyectas tus carencias en él.

A.M.C.–CAN

¿Qué te hace falta a ti?

La pregunta se dirige a ti, no hacia el perro. Si crees que te hacen falta cosas, le darás cosas. Si crees que te hacen falta caricias, le darás caricias. Si crees que te hace falta diversión, le darás juego. Si crees que te hace falta «amor», le darás «amor». No importa lo que sea, ni lo que le des. Crees que, lo que te falta a ti, le falta a él y, de hecho, muchas veces no estás equivocado.

claves vínculo perro

Tú sabes lo que le puede «faltar» a tu perro. Sabes si le faltan paseos, atenciones, actividades, relaciones, comida, juego, entretenimiento. Lo sabes porque los perros se asemejan mucho a nosotros en cuanto a «necesidades vitales». Sin embargo, se lo des o no se lo des, seguirás pensando que «falta algo».

Es un vacío interior. No del perro, sino nuestro.

El Ser humano no se siente completo, no está satisfecho, quiere más y ve en los demás la misma «falta». Recurre a las cosas materiales para suplirla, ya sean objetos, comodidades, comida, contacto físico, entretenimiento, etc. Y todas esas cosas son pasajeras, tarde o temprano desaparecerán y el vacío seguirá ahí.

Observa a la naturaleza. ¿Crees que le falta algo? ¿Está insatisfecha? ¿Incompleta? ¿Siente un vacío interior?

A la naturaleza no le falta nada

¿Qué pasa? ¿Los humanos no somos naturales?

Esa falta, ese vacío existencial, es probable que se deba a la desconexión con la naturaleza, con nuestro Ser. No sabemos quiénes somos. ¿Cómo lo vamos a saber si vamos en contra de nuestra naturaleza?

Nos enseñamos a no ser naturales, a ir en contra de lo que sentimos y de lo que pensamos. Desde que somos pequeños. Somos el animal más incoherente del planeta; pensamos una cosa, sentimos otra y actuamos de forma opuesta a lo que habíamos pensado y sentido.

Los animales son coherentes. Piensan, sienten y actúan en armonía. Por eso viven felizmente despreocupados, sin vacío interior y sin necesidad de nada.

¿Cómo afecta mi pena a mi perro?

Si el sentimiento de pena no afectara al perro, no habría razón para escribir todo esto. Pero el caso es que sí le afecta.

La naturaleza del perro es estar alegre. El perro es un animal empático, es decir, nota tus sentimientos. Si sientes pena, estás triste. Has pensado tristemente y tus actos los reflejan.

Tratar al perro con pena, es tratarle con tristeza. ¿A quién le gusta ser tratado con tristeza o que le transmitan tristeza?

El perro tratará de animarte si te siente triste, pero hasta cierto punto. Si le tratas con pena a diario, el perro acabará viendo que eres «débil», emocionalmente hablando, porque, en realidad, actúas como tal y lo eres.

Ahí es cuando empezarán a aparecer comportamientos «extraños» en el perro. Tú eres su guía, aprende de ti. ¿Qué le estás enseñando?

Se puede reflejar en infinidad de síntomas; tales como ansiedad, miedo, destructividad, ladrido excesivo, etc.

¿Qué puedo hacer?

Mi recomendación es que nos auto-observemos. Tenemos a nuestro fiel «espejo» enfrente. Tenemos a nuestro perro que nos ayuda a ver todas nuestras carencias que proyectamos en él.

Seamos sinceros con nosotros mismos. Hagamos lo que realmente pensamos y sentimos. Como ellos. Como los perros.

No puedes dejar de tratar con pena sin que primero hagas un cambio de mentalidad. Tu comportamiento refleja tus pensamientos.

No nos auto-engañemos más. Quizás así, algún día, dejemos de «necesitar» nada.

2 comentarios en «Sentimiento de pena por el perro – ¿Por qué?»

  1. Así es Alba!
    Proyectamos todo sobre nuestros perros!
    Ellos son felices y alegres por naturaleza.
    Somos nosotros con nuestra mente y nuestras carencias los que creamos una serie de emociones inventadas.
    Me gusta tu nuevo enfoque y vas a hacer reflexionar a muchas personas !
    Abrazos fuertes de Budi y míos desde Málaga!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

error: Content is protected !!